Tuesday, July 19, 2005

Uterina

Ayer estábamos a cuarenta grados a las dos de la mañana, así que Funes y yo decidimos darnos un baño nocturno en la piscina. Había una luna ovoide y feucha, y el viento caliente soplaba sobre el agua mientras nosotros nos buscábamos buceando por debajo. Al salir, el aire sobre la piel húmeda daba frío y, en contraste, el agua parecía casi caliente. "Así es como debe sentirse un bebé fuera del útero", dije. Me sumergí y me acurruqué, e intenté conectar con la yo feto que pasó así nueve meses. Tal vez la postura y las sensaciones podían despertar el antiquísimo recuerdo, almacenado en algun área oxidada de mi cerebro, y hacerme sentir de nuevo la tranquilidad submarina, la ausencia completa de deseo, la satisfacción flotante de antes de nacer. Pataleé un poco como imaginé que lo haría un niño. Salí a respirar, y vi que Funes me imitaba al otro lado de la piscina, encogiendo sus largos brazos y piernas y formando un bulto picudo. Volví a hundirme y por un momento casi lo sentí: el silencio, el calor húmedo, la ligereza. La paz.
Luego salí, me sequé a mí misma con mi adquirida autonomía humana, me vestí sola. Ya no eres una niña, me dije. Ya no vas a volver a sentirte segura nunca más. Suspiré y me acurruqué junto a mi chico. "Qué le vamos a hacer", pensé.

No comments: