Sunday, April 02, 2006

Accidente II: el testigo

- ¿A quién le toca? Ah, Meli, eres tú, no te había visto… no veas la tardecita que llevo, y encima con estos calores, que si estamos así en Marzo no te quiero yo contar cuando llegue Junio... Dime qué te pongo, guapa. Sí, han venido estupendos esta semana, maduritos, lo que pasa es que están algo caros, pero muy ricos. Que ya es difícil que salga un tomate bueno, que los de ahora no saben a nada. ¿Te llevas un kilo, entonces? Muy bien. Pues nada, hija, esta mañana, ¿te has enterado de la que se ha liado? Aquí delante mismo, en el semáforo éste, que tiene más mala sombra… A ver, van doscientos gramos de más, ¿te los dejo? Pues eso, que yo siempre lo digo, que como está en cuesta la calle, la gente se embala y si se pone el semáforo en rojo se lo saltan. ¿Qué más? Pues mira, tengo de las golden, las reinetas y las fugi éstas, o fuji, o como se diga… Sí, estas son más dulces, te pongo, ¿no?Y nada, pues dos chiquitos que iban en un polo, como el de mi Antonio pero en azulón, se han parado en el semáforo y uno que venía a toda pastilla desde arriba les ha dado por detrás. A ver, unas cebollitas, ¿de malla o sueltas? ¿Qué más? Sí, espera, las patatas las tengo detrás del mostrador. Y eso, Meli, como te decía, que no te puedes imaginar, un topetazo… con la puerta cerrada se ha oído aquí y hemos metido todos un bote que no veas. Llévate unas fresitas, ¿no? son de las primeras, pero vienen dulces. Mira, te pongo unas poquitas y las pruebas, y ya si eso otro día te llevas más. Pues la chica al principio parecía que no tenía nada, pero luego parece ser que se había mordido la lengua, qué repelús. Pero vamos, nada grave. Lo malo es que el chico no llevaba cinturón y ha dado con la cabeza contra el parabrisas. Bueno, no te puedes imaginar, sangre por todas partes. Que ha salido la chica luego del coche y tenía los pantalones empapados, y le hemos dicho “mira a ver si tienes algo en las piernas”, y ha dicho “qué va, si es de él”. A mí se me ha bajado la tensión y todo de verlo, me he tenido que sentar aquí dentro un rato. Claro, que la sangre es muy escandalosa, que cuando se cayó mi Jesús del tobogán parecía que se había hecho una desgracia y luego fueron dos puntillos. Una berenjenita te pongo, ¿grande o pequeña? ¿vas a hacer pisto? Ay, hija, a mí el pisto me sale muy bueno, mi Antonio siempre me está pidiendo que le haga. Nada, eso no tiene secreto más que dejarlo mucho rato a fuego lento, sin prisas, y luego cocerlo bien con el tomate, para que empape. Y una ramita de laurel, que siempre le da buen sabor. Y bueno, como te puedes imaginar, el del coche de atrás ha salido más fresco que una lechuga. Si es que eso siempre pasa: el que tiene la culpa es el que menos se hace. No, hija, setas no me quedan, champiñones tengo, ¿te pongo? A ver, van cuatrocientos gramos, ¿así va bien? Es que el lunes es mal día para la fruta, mañana va Antonio al mercado y tenemos de todo. Bueno, como te decía, el de atrás estupendamente, andando ha salido, porque le ha saltado el airbag y le ha hecho colchón… pero Meli, el chico de alante… ay madre, pobrecillo, si han llegado los de la ambulancia y ni se movía. Y la chica ni lloraba, angelito, de la impresión. Que hija, tiene delito, que vas tú tan tranquilo con tu coche, parándote en tus semáforos, y viene un chalado de éstos y te busca la ruina.¿Rojos o verdes? ¿qué son, para rellenar? Pues mira, te pongo estos que están más bonitos, más derechitos, y así los rellenas más fácil. ¿Qué los haces, al horno o fritos? Mujer, al horno tardan más, pero fritos son más trabajosos. Y nada, la que se ha liado aquí, te puedes figurar, que parece que nadie tiene otra cosa que hacer que mirar la desgracia ajena. Y claro, opiniones para todos los gustos, que como yo digo, eso es como el culo, que todos tenemos. Unos que si dadle agua, que si no le déis, que si movedle, que si no le mováis… Y yo es que me enciendo, porque luego al de atrás le pagará el seguro los daños y hale, a la carretera a seguir jugándose su vida y la de los demás. Aunque digo yo que ahora con eso del carnet con puntos a ver si se ponen más serios, porque esto no puede ser, hija, no puede ser. ¿Las zanahorias las quieres sueltas o en bandeja? A ver, en bandeja te salen más baratas, pero éstas son más buenecitas, te duran más luego. Las otras enseguida se ponen blandas. Qué te estaba yo diciendo… Ah, sí, el chico… pues nada, enseguida vino la ambulancia y se lo llevó, con oxígeno y eso, pero qué quieres que te diga… yo creo que ése no sale, porque tenía más mala carita, todo blanco blanco… Y se dio un buen golpe, que dejó el cristal hecho pedazos. Así que ya ves, entretenida que hemos tenido la mañana… Luego todo el mundo hablando, que la gente es de un morboso... que parece que no tienen cosa mejor en la vida que hablar de los demás. Mejor nos iría si nos ocupásemos cada uno de lo nuestro. ¿Ya está? Pues ocho con setenta son. Nada, hija, no te preocupes, que tengo cambio, si a esta hora con eso no hay problema. Hale, guapa, un poquito de perejil te meto, que eso nunca sobra. ¿Joaquín mejor? Pues nada, bonita, dale besos. Hale, hasta la próxima, adiós.

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