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Monday, August 14, 2006

Admirado Paul Auster

Así que ha elegido el camino de la pureza. Y ésta, en literatura, ¿con qué tiene que ver? ¿Con el lenguaje?

Cierto. Mi lucha, mi ambición es la claridad, la limpieza; mi sueño es escribir un libro tan transparente que el lector sienta que el médium entre él y la historia no son ni siquiera las palabras, que se sienta dentro de ellas, metido en algo invisible. Al tiempo, el proceso de la escritura tiene que ver con la música, el sonido, el ritmo; relacionar un párrafo con otros, para que la gente no lea sólo con la mente, sino también con el cuerpo. Los lectores muy sensibles captan esa música. Yo no sé en qué parte del proceso surge eso, pero sé cuándo lo hago bien y cuándo lo hago mal.

EPS, 23 de julio de 2006

Thursday, June 22, 2006

Yonqui literaria

Una vez cada cierto tiempo, a veces con eones de diferencia, se encuentra un autor que nos encanta. De pronto te parece mentira que hayas pasado X años de tu vida sin disfrutar algo tan bueno y te bebes hasta el último libro suyo que puedas conseguir. A mí no me pasa mucho; encuentro cosas que me gustan, claro, pero esa fruición absoluta, esas ganas de devorar, cada vez me atacan menos. Será la edad.
Sin embargo, hace unos días se me ocurrió sacar de la biblioteca un libro de relatos de Roald Dahl. Había leído Matilda, claro, y Charlie y la Fábrica de Chocolate, y Charlie y el Gran Ascensor de Cristal, y obviamente pensaba que era de la mejor literatura infantil que se ha hecho nunca (por Dios, una fábrica enorme de chocolate, el el Libro Supremo Infantil, sin duda). Son libros auténticamente bien hechos, desde la honradez, desde la ternura, sin asomo de paternalismo, con un deje de crueldad y con muchísimo amor hacia (algunos de) sus personajes.
Bueno, pues el otro día agarré el libro ("Historias extraordinarias") y me dije "hala, Marina, vamos a leernos un relatito para olvidarnos de los exámenes y luego seguimos estudiando" (yo es que de mí misma hablo en plural mayestático). Dos horas después, pasaba la página doscientos veinte del libro y lo cerraba, completamente exhausta. La tarde de estudio, perdida absolutamente, y yo hiperexcitada y con hambre de más.
Desde entonces me he leído a razón de libro por tarde otros dos libros y medio del amigo Dahl. Ese tío es un puto genio. La bibliotecaria me ve sacar todas sus obras como una desquiciada y sacude la cabeza, comprensiva. Marina leyendo en el autobús, ignorando a sus amigos para sentarse a leer sola en la cafetería de la facultad, ignorando a sus compañeras de piso para leer mientras come... Vaya, como cuando leía de pequeña y era enana y repelente y pedante y absolutamente feliz.
No se me da bien comentar libros... además, los libros no se comentan, se leen. Pero no podía dejar pasar estos días de exámenes y universo Dalhiano sin recomendaros que os déis un paseo por sus cuentos. Están tan bien hechos que ni siquiera puedes verle los hilos, como un fantástico marionetista que hace que ignores que hay alguien detrás moviendo los muñecos. Los cuentos son redondos, son agudos, son estremecedores, son divertidos, son crueles. A decir verdad, este hombre me va a retirar del mundo de la literatura, porque dudo mucho que en toda mi vida se me ocurra una sola idea tan buena como las de sus relatos. Pero bueno; cada uno es como es, y tiene lo que tiene.
Podría tirarme un siglo hablando de Roald Dahl, porque leerle me está haciendo pensar mucho sobre la literatura, la imaginación y la vida (temblad, lectores, temblad). Pero tengo que dormir y estudiar y comer y estudiar y toda esa vida tan maravillosa que llevo ahora y que tango tiempo me deja libre para escribir y pensar en mis cosas. Así que no leáis a Dahl, al menos no hasta que llegue el verano, porque en cuanto lo tengáis entre manos no os va a dejar hacer otra cosa.

Monday, June 12, 2006

Oteadores

Antes de nada, me gustaría agradeceros a todos el soporte moral y logístico que habéis ofrecido a la idea del post anterior :) Aún no he decidido nada; todo depende de si Aldery me hace el diseño (diosmíodiosmío, un diseño de Aldery, si son los más bonitos del mundooooooo), de las ganas (y el tiempo) que tenga de empezar un proyecto así, etc etc. De momento, los exámenes me impiden concentrarme en otra cosa que no sea sacarme el curso, así que como mínimo lo aplazaré hasta principios de verano, y después... ya se verá :)
Por otro lado, debido a que mi vida actualmente se divide entre estudiar y hacer cosas lo menos parecidas posible a estudiar, la verdad es que no estoy escribiendo mucho, así que he optado por linkaros este texto de Félix de Azúa sobre el artista que leímos el otro día en el taller y que, verdaderamente, no tiene desperdicio. Espero poder ofrecer algo mío pronto. Os dejo y vuelvo a mi erial de desesperación (mi mesa de estudio xD).